Mentir en el currículum es una acción arriesgada ya que puede traer consecuencias. Generalmente se utiliza la mentira o el adorno en un currículo pensando que puede posicionarnos mejor para obtener un empleo, sin embargo, esto no es así ya que puede generar realmente problemas graves.
Se tiene una especie de idea equivocada sobre la opción de mentir en los currículums, pero, también es necesario situarlo ya que es una práctica más común de lo que parecería.
Aunque sea una práctica arriesgada, ello no significa, sin embargo, que sea recomendable o siquiera legal. De esta manera, al igual que hay prácticas que no debes realizar en una entrevista de trabajo, mentir en el currículum tampoco es aconsejable, según afirman los expertos.
No obstante, todo dependerá la categoría del engaño. Obviamente, no es lo mismo asegurar que eres ingeniero que engordar levemente tu conocimiento de inglés.
Ventajas y desventajas de mentir en el currículum
Si sopesamos fríamente la posibilidad de mentir en el currículum, corres el riesgo de pasar un mal rato intentando defender tu ficción, de perder la posibilidad de ser contratado, de ser despedido a posteriori -cuando ‘se descubra el pastel’- o hasta de tener problemas legales. Con lo que, en principio, tienes más que perder que ganar.
Sin embargo, si te decides a mentir en tu currículum, trata de hacerlo con mesura y sin intentar colar grandes patrañas que puedan causar males mayores. De hecho, es más recomendable apostar por ser claro y conciso en tu exposición, causar buena impresión y tratar de destacar tus fortalezas.
Mentiras más habituales en un currículum
Si hacemos caso a lo que dicen los reclutadores, en el currículum se miente mucho; si preguntamos a los empleados, casi todo es verdad; y si la cuestión se les plantea a los trabajadores en paro, se apunta a un término medio entre las dos respuestas anteriores. En lo que sí parece haber un cierto consenso es en las principales mentiras que se insertan en el currículum.
El inglés parece estar maldito para muchos candidatos, que no acaban de dominarlo. Aunque no es la única lengua sobre la que se engaña, ya que los idiomas esconden las mentiras más habituales en un CV. Aumentar de manera significativa el conocimiento sobre idiomas con la tan desafortunada coletilla ‘nivel medio’ es tan recurrente que acaba por despertar recelo en el reclutador de turno.
La segunda de las falsedades que más se repite en los currículos se refiere a los estudios realizados. En general, no se trata tanto del hecho de aportar formación principal no cursada, como sí de adornar la que ya se posee. Lo más común es añadir estudios complementarios no realizados o no concluidos, o dar mayor empaque a la formación recibida.
No muy lejos de los embustes sobre los estudios, aparecen las falacias sobre la experiencia laboral. En este campo sí, en este sí que se miente mucho sobre los cargos desempeñados. Suele tomarse como punto de partida un cargo real y, gracias a una capacidad inventiva de lo más osada, un comercial pasa a convertirse en director comercial o hasta a ascender aún más allá.
Existen también los engaños para cubrir los espacios vacíos en la experiencia laboral producidos muchas veces por el desempleo. Aquí la creatividad para rellenar esos huecos tan delicados parece no tener límites. No obstante, lo habitual es recurrir a ‘clásicos’ que hagan difícil seguir el rastro de los empleos inventados, bien ubicándolos en el extranjero, bien, y más común, recurriendo al falso autoempleo como camuflaje ante los periodos sin trabajo.
Finalmente, un porcentaje significativo de quienes reconocen haber mentido en estos documentos, lo hacen también por omisión, retirando de sus curricula experiencias laborales que no consideran acordes al puesto que solicitan, por ejemplo.
Consecuencias de mentir en el currículum
Inventar, hinchar o adornar el currículum se percibe generalmente como una costumbre inofensiva que incluso arranca sonrisas o simpatía. Al ser una práctica más o menos generalizada, se piensa que no tiene mayores consecuencias. Como mucho, que el candidato pase un rato embarazoso en la entrevista de trabajo. Pero, ojo, si te pasas de la raya, el asunto puede adquirir tintes graves, llegando hasta las consecuencias penales.
Existen varias sentencias que han confirmado la procedencia de un despido porque el empleado, en su día candidato, mintió sobre sus méritos. Incluso la parte contratante ha llegado a obtener compensaciones por los daños y perjuicios causados por la mala praxis del trabajador. Ejemplo de ellos son los arquitectos o ingenieros que, sin tener la cualificación requerida, levantaron ciertas estructuras que no ofrecen las garantías legalmente exigibles.
Pero el asunto puede tener aún más derivadas. Una cosa es mentir en el currículum, que per se no es un delito, y otra mucho más grave es las consecuencias que esa acción pueda causar -siguiendo con el ejemplo de los arquitectos o los ingenieros- y hasta dónde es capaz de llegar el candidato. Si éste incurre en falsedad documental -presentando un título que no posee- o en intrusismo profesional -asegurando, por plantear un caso hipotético, que es licenciado en Derecho para colegiarse como abogado- tendrá que vérselas con los jueces.