La presión impositiva sobre las rentas medias y bajas ha requerido debido a la inflación y las últimas reformas fiscales. Los expertos calculan que el aumento de tramo eleva el tipo impositivo del IRPF que afecta a las rentas anuales de entre 15.000 y 20.000 euros, sin que el aumento de los precios haya compensado el incremento de su poder adquisitivo real.
El pasado mes de septiembre, el Gobierno comunicó el aumento del límite mínimo para no tributar en el IRPF de 14.000 a 15.000 euros anuales. Sin embargo, al superar este umbral, se produce un aumento significativo del tipo impositivo del IRPF para las rentas medias y bajas, lo que significa que la mayoría de cada euro ganado por encima de los 15.000 euros anuales se destina al pago de impuestos.
La retención del IRPF será más agresiva en rentas bajas y medias
Si una persona con un salario anual de 15.000 euros sufre un aumento salarial del 10%, pasará de estar exenta de tributar el IRPF a pagar un tipo marginal del 43%. En otras palabras, de cada euro ganado por encima de los 15.000 euros anuales, un porcentaje muy alto irá al pago del impuesto. Esto se debe a que el sistema actual retendría 645 euros, lo que significa que el tipo impositivo del IRPF se dispara del 0% hasta los 15.000 euros a un 43% en los niveles de rentas bajas.
Este salto de tramo del IRPF afecta principalmente a las rentas medias-bajas, que soportan el mayor escalón impositivo debido al incremento de sus ingresos. Además, en el contexto actual de elevada inflación, este aumento de los precios no implica un aumento proporcional del poder adquisitivo real de estas rentas.
En la actualidad, el poder económico real de los hogares está disminuyendo debido a la inflación, al tiempo que aumentan las tasas efectivas de retención en el impuesto a la renta para pensiones y salarios, lo que anticipa tasas finales efectivas más altas. La inflación también ha impulsado la recaudación del impuesto sobre la renta, que superó los 80.000 millones de euros en 2021. A pesar de no haber recuperado aún el nivel de PIB de 2019, la recaudación del impuesto sobre la renta alcanzó un máximo histórico en 2021 y, tal y como indican datos del pasado 2022, continúa aumentando.
Será necesario declarar
La falta de obligación de declarar para rentas inferiores a los 22.000 euros anuales procedentes de un solo pagador genera situaciones de «injusticia». Además, los expertos señalan que esta situación crea incentivos para no declarar, ya que la retención aplicada por defecto es menor que el impuesto que resultaría en caso de presentar declaración. Esto significa que varios millones de contribuyentes soportan retenciones inferiores a la tarifa del IRPF y no tienen obligación de declarar.
Las reformas del IRPF de 2022 y 2018 han presionado la brecha entre las tarifas de impuestos para las rentas con y sin obligación de declarar. Si bien esto puede ser mejorado para los contribuyentes, también puede generar asimetrías e injusticias en el IRPF. Para abordar esta cuestión, los expertos aconsejan que la solución podría pasar por reducir la brecha entre la retención por defecto y el tipo que serían al presentar la declaración a través de deducciones.