Sí, la tasa de paro en nuestro país empieza a ser preocupante y lo peor es que los indicios auguran resultados mayores en los próximos meses. Quien más y quien menos conoce a alguien que acaben de despedir y se encuentra en situación de paro.
Reflejando el deterioro del contexto económico y según el Indicador Laboral de Comunidades Autónomas IESE-Adecco (ILCA) ha sufrido en el cuarto trimestre su primer descenso interanual, de un 0,5%, para situarse en 73,6 puntos. Los factores que han influido en esta evolución son claros: la acelerada destrucción de empleos y el importante aumento de la tasa de desocupación.
En los próximos trimestres, el ILCA continuará reduciéndose y, además, de forma más veloz. Los descensos interanuales dejarán al indicador en 72,7 puntos en junio, el peor resultado en dos años, con una caída interanual del 2,8% y encadenando 3 descensos, algo inédito en la historia del informe.
En el cuarto trimestre, España ha presentado dos variables que han registrado sendos máximos históricos: la destrucción de puestos de trabajo, que fue de 620.100, con una caída del 3% interanual, y el aumento del colectivo de desempleados, que en el periodo interanual fue de 1.280.300 personas (con un incremento interanual del 66,4%). Este valor incluye a los que perdieron su empleo (los 620.100 mencionados) y los 660.200 que iniciaron la búsqueda de un trabajo, pero no lo encontraron (la población activa creció un 2,9%).
Con estos datos, se puede afirmar que ha sido el trimestre con peores resultados para el mercado laboral de la historia española: el total de ocupados ha descendido a 19.856.900 personas, algo menos de los que se contaban en septiembre de 2006 y el colectivo de desempleados ha aumentado hasta 3.207.900, su mayor número en casi 13 años.