Cuando desde el Gobierno el propio Celestino Corbacho avisó que los datos del paro en otoño no será «tan positiva« puede que muchos pensasen que se trataba de una estrategia del ministro de Trabajo para amortiguar nuevas subidas del desempleo que prácticamente todo el mundo espera después de tres meses de subidas coincidiendo con la época estival. Esta teoría parece empezar a tomar forma tras las últimas declaraciones del secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, que se ha unido a las previsiones negativas para el mercado laboral durante la segunda parte del año.
Ferrer ha sido muy explícito y ha aventurado un otoño duro en el que las tasas de paro «bordearán el 18% e incluso podrían alcanzar el 19%», tal y como recoge un noticia de Europa Press. La mejora de la economía francesa y alemana podría ayudar a mitigar estas previsiones, pero tampoco se puede esperar que sean como maná caído del cielo. «La recuperación, desafortunadamente, va a ser más lenta en nuestro país. Se ha destruído más empleo que en otros países y eso ha afectado mucho al consumo», comenta Ferrer y por eso «hay que desarrollar nuevas políticas públicas y buscar compromisos empresariales de inversión».
El sindicalista también se refirió al subsidio de 420 euros para desempleados aprobado por el Ejecutivo, que considera que se queda corto, ya que deja fuera a un gran número de desempleados.