Nadie da 1 euro por que España baje la tasa de paro en lo inmediato ni dentro de los próximos años, al contrario algunos son más pesimistas que los propios desempleados como HSBC, que estima una tasa de paro para España que llegará y en el peor de los escenarios superará el 30% cifra a la que llegaría a fines de 2013.
El análisis no puede ser peor, es que HSBC estima que el paro no ha llegado a su techo como para que comience a bajar, cree que el desempleo le queda un trecho como para seguir subiendo. Uno de los efectos son los recortes de parte del Gobierno a lo que se agrega una ineficacia de la reforma laboral lo que hace que todavía queden miles de empleados por pasar a las filas del paro lo que podría colocar a la tasa de paro en más del 30% cuando cierre 2013.
No es la única preocupación, ya que apunta al empleo público por los recortes que vienen dándose. Esta negativa visión parte de la economista de HSBC Madhur Jha que elevó su informe que fue publicado en septiembre pasado y que no deja mucho margen a la esperanza para el mercado laboral de España.
Además de que acrecienta como cree que «Existe una riesgo real de una rebelión civil en un país donde una de cada cuatro personas está desempleada». La tasa de paro se ubica en el 24,6% y solo podría ser frenado al menos esto su ritmo con políticas que apliquen y refuercen la flexibilidad laboral.
Además fija siempre si se diera el peor escenario, la tasa de paro en el 31,3% cuando cierre 2013. En un escenario en el que no sea el mejor pero tampoco se llegue a lo peor, la tasa de paro sería del 28%, lo que tampoco es alentador.
Destaca la medida del Gobierno de acabar con el despido exprés a 45 días por año y un máximo de 42 mensualidades. Haciendo que las empresas deban justificar cada rescisión de contratos, el despido objetivo o los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Aunque de parte de la ministra de Empleo, Fátima Báñez resalte que dentro de la reforma laboral fomenta que las empresas apliquen medidas llamadas unilaterales en favor del empleo, que incluyen rebajas salariales o ERE temporales. Así y todo puede que el empleo se mantenga pero se deba soportar una rebaja de salarios o un ERE.
Lo que se trata de impulsar ahora es una mayor flexibilidad, así como el descentralizar las negociaciones salariales y que pasen a ser de cada empresa lo que perjudica a los convenios sectoriales.
Los que empiezan a no estar a salvo son los funcionarios en España, que podrían dejar de ostentar ese impedimento que no permite que sean despedidos. Esto se debe a que el sector público será el que más sufrirá de los ajustes de plantillas.
Este sector será el que podría elevar las próximas tasas de paro al estar en juego el empleo de 600.000 empleados que pueden pasar a ser parados, a lo que se agregan los posibles desempleados en el sector privado, lo que subiría en 2013 unos 1,5 millones de parados más.