Según los datos facilitados por la Junta de Andalucía, Espera, un municipio gaditado que cuenta con 4.005 habitantes tiene una tasa de paro del 60%. 589 es el número exacto de parados en el pueblo; de los cuales 417 son hombres y 172 mujeres. El 44% de los desempleados trabajaba anteriormente en el sector terciario, el 27,6% en la construcción y el 17,3% en la agricultura.
Los jóvenes emigran
El pueblo ha vivido históricamente de la agricultura y la construcción, y es que en la década de los 80, las ayudas gubernamentales como el PER ayudaron a que los jóvenes no abandonaran el municipio y se dedicaran a trabajar en el campo. Más adelante, fue la construcción la que paso a ser el motor de la economía y los jóvenes lo dejaron todo para dedicarse a la industria del ladrillo. Ahora que los dos sectores están en recesión, a los jóvenes no les queda otra que salir del pueblo y buscar otro modo de vida.
La solidaridad y el trabajo de los voluntarios
Como es normal, una tasa de para tan abultada supone que haya muchas familias que no son capaces de cubrir sus necesidades básicas. Por ello, Cáritas está facilitando cestas de comida cada quince días a 42 familias locales. Estas cestas incluyen alimentos básicos como garbanzos, aceite, pasta y arroz.
A esas familias hay que sumarles otras 22, que al tener hijos menores de 15 años tienen que procurarles una cesta cada siete días. En estos casos, las cestas incluyen una gama más amplia de alimentos como por ejemplo yogures y productos destinados a la alimentación infantil.
De todas formas, hay muchas más familias necesitadas de ayuda en Espera, aunque según los encargados de Cáritas en la zona, hay familias a las que les da apuro acercarse a pedir ayuda. Según dicen, no hay hambre en el pueblo, pero Cáritas se ha visto en la obligación de pagar el recibo de la luz a algún vecino que estaba a punto de que le cortasen el servicio. Aun así, en el gaditano pueblo de Espera presumen de que no ha habido ni un solo desahucio.