Los datos del paro del pasado mes de abril, con ese descenso histórico de 111.000 desempleados menos conforman sin duda una buena noticias, pero, insertada en un panorama en el que el paro sigue siendo la principal preocupación a la que nuestro país debe hacer frente.
En este contexto, donde encontrar trabajo se convierte en una necesidad, Internet aparece como un canal muy a tener en cuenta en la búsqueda de empleo, sin embargo, es también en este contexto de necesidad donde se multiplican las malas artes de quienes desean aprovecharse de dicha necesidad, motivo por el que en los últimos años se han multiplicado de manera notable los fraudes laborales en Internet.
¿Cómo van a tratar de engañarme?
En general, y afortunadamente, un porcentaje muy alto de estos intentos de fraude laboral son relativamente sencillos de detectar. Se trata simplemente de usar el sentido común ya que suele tratarse de ofertas exageradamente atractivas en lo que a remuneración y beneficios se refiere en relación a la verdadera situación de la oferta laboral en España.
Por tanto lo más probable es que traten de engañarnos partiendo de nuestra necesidad de empleo y de ofertas supuestamente irrechazables.
Sin embargo debemos estar cada vez más atentos ya que, obviamente, quienes se dedican a estas cuestiones también evolucionan y aplican a sus engaños de manera más sofisticada, por tanto, también es posible encontrar propuestas que pueden acabar calificándose de fraude laboral y que sin embargo a primera vista podrían pasar perfectamente por una oferta no fraudulenta.
¿Qué tratan de obtener en los fraudes laborales?
Este punto es muy interesante ya que existe la tendencia a pensar que todos los fraudes laborales en Internet buscan de manera directa repercutir sobre nuestro dinero y esto no es exactamente así, ya que de hecho, por ejemplo, la obtención de datos personales es ya una recompensa para quienes promueven este tipo de actividades; simplemente a partir de la recolección de datos personales y generación de bases de datos que luego comercializarán de manera legal o ilegal.
En cualquier caso estos serían los objetivos más habituales de las ofertas fraudulentas de empleo en la red:
- Datos personales: como hemos indicado tratar de obtener los datos personales de los usuarios a partir de la respuesta a supuestos cuestionarios de demanda de empleo, bien vía plataforma web o bien vía respuesta a través de e-mail, es uno de los fraudes más frecuentes en la red.
- Datos financieros: otro de los objetivos más comunes de los fraudes laborales en la red es tratar de obtener información financiera del usuario. Lo más común sería la solicitud de datos relativos a cuentas bancarias o tarjetas, la excusa suele ser siempre la misma, la posibilidad de la domiciliación de transferencias o pagos.
- Dinero: curiosamente estas no son las actividades fraudulentas de oferta de empleo de mayor volumen, es cierto que al tratarse de actividades tal vez de mayor impacto mediático, saltan a los medios con más frecuencia. Aquí vamos a encontrar una amplia gama de intentos de estafa, que van desde la solicitud de desembolsos por adelantado para determinados costos administrativos, hasta la invitación a la llamada a determinados números (de tarificación especial) o envío de mensajes SMS (siempre de coste elevado). Se ha detectado en este sentido un crecimiento de la oferta de falsos cursos de formación que, ofrecidos a bajos precios, se enfocan como puente al acceso a un puesto de trabajo que, obviamente, después de pagado no existe.
- Trabajo: aunque en menor medida no resulta tampoco infrecuente encontrar ofertas de empleo a través de la red sin remunerar. Suelen ofrecerse como período de prueba o acumulación de experiencia, tal vez no cabría calificarlas de estafa pero desde luego si, al menos en el caso de los períodos de prueba, de fraude en oferta laboral.
En resumen
Las ofertas fraudulentas de empleo en Internet se aprovechan básicamente de la situación de alta necesidad de millones de desempleados españoles. Generalmente, en un porcentaje muy alto, son fácilmente detectables aplicando simplemente la lógica que aplicaríamos en caso de una oferta de empleo presencial y teniendo en cuenta una máxima que aplicada a Internet debe convertirse en la regla de oro de la prudencia; cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad probablemente no sea verdad.
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