Si es tan bueno, ¿por qué no se ha adoptado antes el modelo alemán?

Una vez más El Economista da en el clavo con esta pregunta (aunque luego no la responda). Dede que se mencionara el tema por primera vez, no cesan de llover alabanzas al modelo alemán de reparto de trabajo y como no se trata de un sistema nuevo, es lógico plantearse por qué no se ha adoptado antes.

Este modelo apuesta por compatibilizar las prestaciones por desempleo con la reducción de la jornada laboral y es lo que ha permitido a Alemania mantener la tasa de paro en un más que digno 7,3% y un leve incremento del 0,5% en los últimos doce meses. Sin embargo, tampoco es oro todo lo que reluce y desde la propia Alemania se ha criticado duramente este sistema, ya que si la crisis se alarga o se agudiza (no está previsto pero podría pasar) esta estrategia sólo habría servido para retrasar lo inevitable: el aumento del paro. En el fondo son los mismos reproches que desde Bruselas se hace a la solución española de mejorar e incrementar los subsidios por desempleo, aunque con ciertos matices, claro.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, precisó en declaraciones a RNE que tampoco se trata de copiar el modelo alemán, sino de adaptarlo a la situación de España. En el fondo, el mandatario aboga por introducir medidas que faciliten el cambio de la cultura española de no renovar contratos en tiempos de crisis. Es decir, ir contra la naturaleza conservadora de muchas de las pequeñas empresas españolas.

Pero no sólo se trata de un problema cultural, como subraya el ministro, ya que si el Gobierno quiere implementar este modelo, también deberá hacer más flexible el mercado laboral español y, sobre todo, mejorar las ayudas que actualmente presta a las pequeñas y medianas empresas, empezando por erradicar los niveles de morosidad y mora en el pago de las instituciones públicas (sobre todo de los Ayuntamientos).

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