Se esperaba la aprobación de la Garantía Juvenil de Empleo, y está ya ha recibido el beneplácito del gobierno, un paquete de medidas que como veremos se orientan a facilitar el acceso al mercado laboral a jóvenes en paro y cuya medida principal es una bonificación por cada contrato indefinido que se genere para un joven en situación de paro.
Todas las medidas dirigidas precisamente en este sentido parecen pocas cuando nos enfrentamos a una tasa de paro juvenil superior al 50%, con casi 900,000 jóvenes entre 16 y 24 años desempleados, y, con el drama añadido de una generación que ha perdido el tren de la evolución correcta de sus carreras profesionales.
Como decíamos la principal medida de este conjunto de herramientas contra el desempleo juvenil consiste en una bonificación mensual, con una duración de seis meses, que le supondrá al empresario que incremente su plantilla con un contrato a tiempo indefinido para un joven que ni estudie ni trabaje, un ingreso mensual de 300 euros, es decir un abaratamiento general en la contratación de este joven equivalente a 1.800 euros.
Además, el programa incluye la ampliación de las medidas destinadas a los contratos de formación y prácticas, incluyendo de manera definitiva la ayuda a los becarios con actividades prácticas remuneradas tanto empresas como universidades.
Este proyecto, la denominada Garantía Juvenil de Empleo, se enmarca en el contexto de una campaña europea que sin embargo está recibiendo bastantes críticas debido a que no parece poseer el nivel de implicación y financiación necesaria para lo que pretende, ya que la unión europea destinará 6000 millones para el programa entre los años 2014 y 2020, sin embargo la OIT calcula como poco en 21.000 millones de euros esta necesidad, lo que de hecho significaría el 0.22% del Producto Interior Bruto de la UE.
Para España posee 1,800 millones de euros de los cuales el fondo social europeo aporta 900 que comenzó a oír desde este mismo año 2014 pero con preferencia a partir de 2015, el programa asume que puedan acogerse los jóvenes de menos de 25 años que se encuentran sin trabajo y no cursando estudios, esto reduciría, según la encuesta de población activa, a unos 550,000 los posibles objetivos de la campaña.
La garantía que no es garantía
una parte fundamental del proyecto reside precisamente en lo que es un hombre anuncia, la garantía. Esto significa de facto que teóricamente aquellos jóvenes que se encuentren en la edad indicada y cumplan con los requisitos, podrán inscribirse en un registro digital cuando acumulen ya 30 días parados, a partir de ahí la garantía indica que en un plazo no superior a 90 días deben recibir o un empleo, o unas prácticas o actividades de formación; hasta aquí todo fantástico, sin embargo, esta garantía no garantiza nada.
El motivo es que el proyecto permite que aquellos países que superen el 20% de tasa de desempleo no asuman el compromiso como obligatorio, sino como aconsejable; por tanto efectivamente una garantía que no es tal.