Está claro que una de las medidas del Gobierno para este 2009 es la de frenar la destrucción de empleo y situar cuanto antes a la economía española en condiciones de volver a crearlo como lo hizo hasta el año 2007. No hace falta que nos lo vuelvan a decir.
Es preciso explicar los recursos que destina el Gobierno para la protección por desempleo, algo que interesa ya, por desgracia, a un gran flujo de la población española.
El presidente del Gobierno acaba de anunciar que se acordará una reducción de los gastos no financieros previstos en los Presupuestos Generales del Estado para 2009 por una cuantía de 1.500 millones de euros. Se trata de un recorte, un acuerdo de no disponibilidad de gasto, que se suma al esfuerzo de contención que ya incorporan los Presupuestos Generales con una reducción del 1,8% en los gastos corrientes.
La decisión representa una reducción adicional del 2,6% y se aplicará en todos los Ministerios y a todas las partidas de gasto, pero en ningún caso afectará a las retribuciones de los empleados públicos, a los programas de protección social ni a los fondos extraordinarios de inversión aprobados para estimular el empleo.
Los recursos liberados se destinarán a financiar otras partidas fuertemente afectadas por la coyuntura económica como las prestaciones por desempleo.
Todas ellas se enmarcan en un doble compromiso: el de mantener e incrementar la cobertura de la prestación por desempleo, sea cual sea el número de parados que alcancemos, y el de vincular las reformas laborales y sociales al acuerdo del Gobierno con los interlocutores sociales.
En su compareciencia, el presidente ha finalizado su intervención reclamando la colaboración de las Administraciones, de los Grupos Parlamentarios, de los agentes sociales y de todos los ciudadanos para atravesar el periodo de crisis y volver a la senda de la prosperidad.