El autoempleo ha sido una de las escasas salidas a las que han podido optar en estos años los millones de parados de nuestro país, sin embargo, obviamente, ni se trata de un paso sencillo ni las condiciones han sido óptimas para el desarrollo de actividades profesionales como autónomos. De hecho, hoy consignamos este crecimiento del número de autónomos en nuestro país como noticia, ya que, realmente, es la segunda vez que se produce un incremento de trabajadores por cuenta propia desde el año 2008.
Según los datos procedentes de la seguridad social y presentados por la unión de profesionales y trabajadores autónomos, durante los nueve primeros meses del año el número de trabajadores autónomos en nuestro país aumentó ligeramente por encima de las 63,000 personas, pasando a configurar un total de 3,114,894 trabajadores autónomos al finalizar el mes de septiembre.
Prestación de desempleo para autónomos, los datos en este post
Como ya indicamos se trataría del segundo crecimiento que se da entre los trabajadores por cuenta propia desde el inicio de la crisis, un crecimiento que según la citada asociación tiene su origen en el constante crecimiento de las altas, que, compensa la fuga de autónomos, otro fenómeno verdaderamente notable, ya que, se trata de un proceso también en crecimiento. En este contexto, se crece más por los nuevos autónomos que por el sostenimiento del conjunto de los trabajadores por cuenta propia, algo que de darse hubiera situado probablemente nuestro país en cifras históricas para los trabajadores autónomos.
Los números no mienten, si efectivamente durante los nueve primeros meses se contabilizaban más de 584,507 altas en el régimen de autónomos de la seguridad social, también se contabilizaban cerca de 522,000 bajas superando la cifra de bajas del año 2013 en el mismo periodo de tiempo, es decir, crecen las altas pero también crece el número de autónomos que abandonan el autoempleo.
Como suele ser habitual las lecturas resultan positivas o negativas dependiendo de quién las realice, es innegable el salto hacia adelante en el impulso de creación de empleo propio, en muchos casos motivado bien por la imposibilidad de los jóvenes de acceder al mercado laboral en otras condiciones, bien por el agotamiento de los recursos en busca de empleo para los parados de larga duración, algo que no oculta en absoluto el fracaso de muchas opciones de autoempleo durante estos años con una fuga constante y en crecimiento de autónomos.
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