La primera impresión es la que cuenta, también en una entrevista laboral. Por eso debes acertar con tu vestimenta y los colores que elijas. Estos son los que debes usar y los que debes evitar.
Seguro que la noche antes de una entrevista de trabajo te has preguntado… ¿Qué me pongo mañana? ¿Qué color me favorece más en una entrevista de trabajo? ¿Apuesto por algo sobrio o por algo más desenfadado? Y es que sólo hay una oportunidad para crear una primera impresión y en las entrevistas de trabajo este hecho es importante. No te van a contratar por como vayas vestido, pero debes saber que, en general, la forma en la que te presentas puede restarte puntos, pero no te los dará. Es decir, tienes mucho que perder y poco que ganar. El secreto está en que tu vestimenta no llame la atención para que el entrevistador se pueda centrar en tus habilidades, en evaluar sin ningún tipo de prejuicio si eres la persona ideal para el puesto. Puedes pensar que es injusto, que tú eres quien eres o que tu forma de vestir, los colores que llevas, no tienen nada que ver con tu capacidad, pero lo cierto es que tú eres el que buscas el trabajo y ellos los que tienen decenas o centenares de personas pugnando por ese puesto y no te interesa que tengan prejuicios sobre ti.
El secreto, por tanto, es pasar desapercibido en cuanto a los colores. Para ello elige ropa de color sobrio, formal, pero no excesivamente serio: azul marino, gris, marrón, negro. Los colores le mandan un mensaje al subsconciente del entrevistador, a quien los colores deben ofrecerle confianza, profesionalidad y habilidad para integrarte en la empresa.
Descartemos de base los colores muy brillantes o luminosos como base de nuestra vestimenta: naranjas, amarillos, verdes fosforitos, etc… Vamos a una entrevista de trabajo, no a lucir palmito en la terraza de moda. Insistimos en que nuestro atuendo debe pasar desapercibido con lo cual vestidos o trajes azul marino, gris oscuro o incluso negro dan sensación de profesionalidad, sin ser molestos. El blanco también es ideal para una camisa o blusa. También debes prestar atención a los complementos. Debe ser de un tamaño que no resalte sobre el resto de tu figura. Si el puesto no es de mucha responsabilidad no pasa nada por lucir algo que quite un poco de seriedad a la entrevista, pero nada escandalosamente llamativo. ¡Y no, el naranja no es un color ideal para una entrevista de trabajo!
Como ya hemos hablado, la clave está en no llamar la atención por nuestro atuendo y el color del mismo. ¿Sabías, por ejemplo, que el marrón, un gran color para una entrevista, da una gran sensación de tranquilidad? ¿O que el azul marino es una gran elección porque es uno de los colores favoritos de la gente y transmite confianza? Y es que, el código de los colores, lo que transmite casa uno en las personas que interactúan con nosotros, es infinito. El gris dice de nosotros que somos personas sotisficadas y centradas, el rojo no es recomendable como color predominante, pero sí para un complemento o un toque de color, mientras que el blanco es ideal, como ya dijimos para camisas y blusas, ya que ofrece un poco de brillo sin llamar excesivamente la atención. Hemos dejado para el final el color negro porque es un caso muy especial. Una persona vestida de negro puede imponer demasiado. Es ideal para grandes puestos, dan sensación de mando y fuerte personalidad, pero si el trabajo es de un nivel medio puede abrumar y hacerle parecer demasiado inaccesible.
Precisamente, lo comentado sobre el color negro nos lleva a la reflexión final. Todas las reglas anteriores tienen sus excepciones, por supuesto. El puesto al que optas y la empresa a la que acudes debe marcarte un poco el estilo. No es lo mismo ir a una entrevista para trabajar en un banco o en un bufete de abogados, que para hacerlo en una tienda de ropa o en un periódico, por ejemplo. Puede haber lugares donde la corbata y el traje sean una obligación y otros donde puedas, y debas, acudir con un look más casual. Por eso, nunca está de más informarnos de a qué tipo de empresa acudimos a hacer nuestra entrevista de trabajo. Y recuerda, en caso de duda, mejor siempre algo más conservador, con colores neutros, que dar la nota con colores muy llamativos.
Imagen – Leigh Prather en Shutterstock