Demandar a la empresa cuando te echa del trabajo no siempre es recomendable, pero a veces resulta inevitable. Te contamos lo que puede costarte un juicio laboral por despido.
Pocas personas pueden decir que no hayan sido despedidas alguna vez y, ante tal tesitura, suele repetirse una misma pregunta. Y ahora, ¿qué debo hacer? Reza el dicho que «más vale un mal acuerdo que un buen juicio». En otras palabras, la opción más interesante siempre es tratar de llegar a un entente con tu ya exempresa.
¿Qué ocurre si no hay trato con la compañía? Pues, si no lo consigues, entonces tendrás que demandar a la misma, para lo que existen varias posibilidades. Además de descubrir cómo calcular el finiquito tras un despido, lo primero que hay que saber es que, como trabajador, no te corresponde abonar las tasas judiciales por este proceso, como tampoco es habitual que tengas que hacer frente a las costas del mismo, aunque esto último sí podría ocurrir en determinados casos.
Sólo si el tribunal intuye mala fe en la denuncia podría obligar a pagar costas, así como si se presenta recurso ante una primera sentencia. Dicho lo cual, el dispendio dependerá de cómo de asesorados queramos ir al juicio o si necesitamos ese apoyo. Aquí, por cierto, puedes descubrir las causas de despido en España.
¿Quién defiende al trabajador en un juicio laboral?
Llegado el momento de elegir quién defiende tus intereses ante una demanda por despido, hay que tener en cuentas algunas cuestiones, tanto a favor como en contra, así como las diferentes opciones.
La primera de ellas es defenderse uno mismo. Sin duda es la más barata. En primeras instancias no es necesario que nadie te represente, por lo que el gasto es inexistente. La contraindicación es que, a menos que entiendas de leyes y de cuestiones fiscales, puedes verte en inferioridad, ya que las empresas sí suelen tener abogados en nómina que defenderán a su cliente.
Ventajas y desventajas de contratar a un abogado laboral
Si piensas que necesitas ayuda legal de un profesional para afrontar el juicio, tienes varias posibilidades. Una de ellas es contratar a un abogado especializado en derecho laboral. La ventaja es que este especialista conocerá las leyes y las actualizaciones posibles que van surgiendo en el tiempo, amén de que podrá darte un trato más personalizado.
El inconveniente, como es lógico, es que el coste será mayor. Cada abogado o despacho es libre de poner la tarifa que estime oportuna, de igual forma que tú tienes la potestad de contratarlo o no. De la misma manera, existen despachos low cost o similares, que son bufetes con un servicio quizá menos personalizado, pero que resulta más asequible para el común de los mortales.
Si estás afiliado, el abogado del sindicato
Si buscas o necesitas opciones más baratas también puedes recurrir al abogado del sindicato, cuya ventaja, siempre que estés afiliado, es que el proceso puede salirte gratis y, además, contar con un profesional que acumule larga experiencia en este tipo de litigios.
Si no estás afiliado, obviamente, el proceso no será gratuito y te pedirán que pagues una tarifa, así como, de recibirla, un tanto por ciento de la indemnización.
Otra opción es la del graduado social, que es especialista en derecho y relaciones laborales. La ventaja es que su conocimiento es más específico, pero la desventaja es que, si la demanda se complica y sube de instancias, no podrá defender sus intereses.
Los abogados de oficio en los juicios laborales
Por último, que no quiere decir que sea la peor opción, también existe la posibilidad de solicitar un abogado de oficio, una figura denostada por algunas series y películas, pero que puede resultar interesante. Cualquier trabajador o beneficiario de la Seguridad Social tiene derecho a ello.
Se trata de abogados privados que se han apuntado al turno de oficio -unos mejores, otros peores-, que, en todos los casos, cobran una tarifa estipulada por cada uno de ellos. No estará presente cuando entregues la papeleta de conciliación, pero sí a partir de entonces.
En contra de lo que se cree, el abogado de oficio percibirá hasta un tercio de la indemnización si gana, aunque, si pierde, no cobrará nada. Ésta es una ventaja, como también que tendrá conocimientos de derecho laboral y sobre la Seguridad Social. La parte negativa es que profesional de oficio lo designa el colegio de abogados de cada zona, así que no podrás elegir quien te defiende.
Cuánto cuesta un juicio laboral por despido
Vistas las distintas opciones, es preciso señalar que resulta habitual que los abogados trabajen con una parte fija (nunca menos de 100 euros) y una variable -en torno al 10%- dependiendo de la cuantía de la indemnización que reciba el trabajador.
De forma más concreta, para que te hagas una idea, el coste de un juicio laboral por despido en España se sitúa entre los 300 y los 600 euros. A ello hay que añadir un variable que va desde el 5 al 15 %. Ambas tarifas están gravadas con el IVA correspondiente, que a día de hoy es del 21%.
No obstante, existen algunos abogados o despachos que únicamente perciben honorarios en un escenario con resultado positivo en el procedimiento. Eso sí, cobrando después un mayor porcentaje que si hubiese habido un coste fijo.
La indemnización en las diferentes modalidades de contrato
Recuerda que, en función del tipo de contrato de trabajo que firmaste en su día, tendrás derecho o no a una compensación. En general, si se plantea un juicio laboral, lo más frecuente es que se trate de un contrato como empleado fijo. No obstante, también es posible que puedas recibir una indemnización como trabajador temporal.
¿Pueden despedirte estando de baja?
Finalmente, cabe destacar que, aunque es falso que no se pueda despedir a un trabajador durante una baja laboral, sí suele ser más complicado hacerlo. En cualquier caso, el despido sólo sería nulo si está motivado por la propia baja laboral o la causa que la produjo.
Si finalmente te quedas sin tu puesto de trabajo -sea con compensación económica de la compañía o no-, puede interesarte saber cómo capitalizar el paro para hacerte autónomo o crear una empresa.
Con todo, en comparación con otro tipo de demandas, como pueden ser las surgidas tras un accidente de tráfico o por un problema entre vecinos, demandar a la empresa en España no sale caro.
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