Plantearse dejar el trabajo es duro, pero estas son cuatro razones por las que un cambio laboral puede ser beneficioso o por las que deberías plantearte un cambio de escenario, con o sin empleo a la vista.
“Por lo menos tengo trabajo” “No nos podemos quejar, tal y como están las cosas” Nos hemos habituado a estas y otras expresiones similares durante la crisis y de tanto oirlas hasta nos las hemos llegado a creer. Sin embargo, hay situaciones en las que trabajar puede estar haciéndote más mal que bien, por lo menos a largo plazo.
Estas son cuatro razones para dejar el trabajo y no mirar atrás ¿Cobrar el paro? No debería estar entre ellas y al final del artículo te explicamos por qué:
Desaprovechas tu talento
No todo el mundo es Matt Damon en el Increíble Wil Hunting, pero sí puede darse el caso de que sientas que no estás sacando el máximo partido a tus habilidades y a tu potencial. Esta circunstancia tiene un doble impacto, por un lado psicológico y por otro profesional.
Desde el punto de vista mental, pensar que puedes hacer más cosas pero no poder hacerlas por cuestiones ajenas a ti puede ser muy estresante y hundir la autoestima y moral del más optimista. Y desde el punto de vista profesional, el camino que estás dejando de andar te costará después más recuperarlo. En otras palabras, estás frenando tu desarrollo profesional y por lo tanto tus posibilidades de ascenso.
Antes de dejar el trabajo por este motivo piensa si realmente se desaprovechan tus capacidades o de si simplemente estás cansado de hacer lo mismo día a día. Y es que una cosa es que el trabajo no te motive -en ese caso deberías buscar un cambio- y otras diferente que estés capacitado para hacer algo más.
En cualquier caso, una alternativa a dejar el trabajo puede ser emprender a tiempo parcial, es decir, iniciar tu propio proyecto para sacar así el máximo a tus capacidades.
La empresa se va a pique
Aunque suele decirse que las ratas son las primeras en abandonar el barco que se hunde, en estos casos mejor ser rata que ahogado. Un cambio a tiempo puede ahorrarte mucho sufrimiento y estrés.
Si tienes dudas recuerda, por muy duro que sea, que eres un trabajador. No importa el grado de implicación, siendo objetivo sigue sin ser tu empresa e ir con ella hasta el final sólo va a perjudicarte en lo profesional y en lo personal.
El entorno de trabajo es tóxico
Un entorno de trabajo tóxico suele ser lo que te encontrarás en los momentos finales de la empresa -o tóxico o altamente emotivo-. Si tu oficina es un campo de batalla que mina tu moral y está echando abajo tu autoestima debes dejarlo sí o sí.
Los entornos laborales tóxicos afectan a nuestra salud más de lo que podemos pensar. Si cada hora en el trabajo es un sufrimiento el estrés o la depresión no terminarán en hacer su aparición, con todas las consecuencias.
Te falta motivación, no crees en lo que haces
La falta de motivación por parte de los empleados es uno de problemas que más veces repiten los empleados. La diferencia está en la percepción de lo que es la motivación del trabajador, ya que la empresa espera que el empleado rinda siempre al 100% y todos sabemos que eso es imposible.
Atravesar periodos de más y menos motivación en el trabajo es normal e incluso que tu labor en general no sea lo que más te llena. Lo que debes tener en cuenta en este punto es la forma en la que te afecta. Hay personas que pueden trabajar sin problemas en un proyecto en el que no creen, pero ay otras que necesitan esa energía que les da sentirse identificados con lo que hacen. Si eres de estos últimos o si simplemente te has dado cuenta de que esta falta de motivación está afectando a tu vida personal, busca el cambio.
A estos factores se pueden añadir otros como los desplazamientos, el código de vestir, la obligación de coger vacaciones en determinadas fechas del año… Estamos hablando en términos generales de la dificultad de conciliar vida profesional y personal. Este es uno de los principales motivos para dejar el trabajo y también una de las grandes motivaciones de muchas personas para emprender. Si ves que el trabajo no te deja disfrutar de la vida, debes replantearte sí o sí la situación.
¿Y el paro?
Cobrar el paro nunca debe ser un motivo para dejar el trabajo. En primer lugar porque la prestación de desempleo es un colchón, una red de seguridad, no un fin en sí mismo. Y en segundo lugar y todavía más importante porque si eres tú quien deja el trabajo no cobrarás el paro.
La prestación por desempleo sólo está disponible para los casos de despido, así que si quieres cobrar el paro tendrás que conseguir que te despidan ¿Estarías dispuesto a hacerlo? ¿Pagarías ese peaje emocional?
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