Presentar un curriculum vitae original es recomendable, aunque cuidado con el exceso de adornos o, incluso, con caer en la mentira: diferenciarse es una buena idea… pero sin pasarse.
Si estás en el proceso de buscar trabajo y quieres llegar a buen puerto, ten muy presente que el curriculum vitae es una herramienta clave para lograrlo. Por ello, personalizar el documento que contiene tu formación y tu experiencia resulta aconsejable, aunque sin excesos. Ni en la forma -el currículum no es una invitación de boda- ni en los contenidos: cuidado con ‘hinchar’ tus méritos en demasía o con mentir en cuanto a tus habilidades o tus empleos anteriores. En las próximas líneas te contamos cómo elaborar un currículum creativo que lo sea en su justa medida.
Existen muchas y diversas formas de encontrar trabajo. Sin embargo, casi todas ellas tienen algo en común: que el currículum es una pieza relevante para conseguirlo. De ahí la importancia de presentar un documento equilibrado, claro y que refleje la realidad. A pesar de que, por supuesto, debes venderte en el currículum. De hecho, además de actuar como tarjeta de presentación, ésa es función principal.
Cómo elaborar un currículum creativo
Lo primero que debes tener en cuenta es que los reclutadores, los responsables o trabajadores de los departamentos de RRHH, reciben multitud de curriculos. Aunque sea una de sus obligaciones, así como valorarlos correctamente, como cualquier ser humano, pueden acabar hartos de ver siempre las mismas estructuras, los mismos ‘rollos’. Por ese motivo, la diferenciación puede ser una ventaja si se maneja con mesura.
Estructura del currículum
Cualquier documento se divide básicamente entre forma y fondo, es decir, entre la estructura y diseño con que está creado y la información que incluye. Ambas cuestiones son importantes y no debes descuidarlas, aunque si acabas de salir de la universidad, como es lógico, no podrás aportar tantos contenidos -experiencias- como un persona que lleva treinta años en el mercado laboral. Veamos punto por punto los aspectos que hay que tener en cuenta.
¿Qué tipo de letra es más conveniente?
La utilización de una tipografía u otra está influida por la moda de una etapa, por lo que se estila en un momento determinado, tal y como ocurre en muchos otros ámbitos. De hecho, ha sido así desde la invención de la imprenta por parte de Gutenberg, e incluso antes. Así, lo que se llevaba en los 90 o en la primera década del siglo XXI no tiene por qué forzosamente ser lo que mejor entre por los ojos en la actualidad.
No te rompas la cabeza con la elección del tipo de letra, no es tan importante que sea Times New Roman o Arial -que son de las más usadas-, lo verdaderamente relevante es que aquél sea claro, amplio, sencillo, diáfano y que facilite la lectura al máximo. Se trata de no fastidiar al reclutador o al entrevistador, que pueda leer la información sin ningún tipo de traba: El currículum debe ser muy visual. De lo contrario, el documento acabará en la basura -sea física o la del ordenador- a las primeras de cambio.
El currículum debe respirar
En el argot del diseño gráfico para los medios de comunicación en papel -periódicos o revistas, por ejemplo- se suele utilizar una expresión para señalar que los elementos de una página no deben estar apelotonados ni demasiado juntos: que la composición ‘tenga aire’. O lo que es lo mismo, que haya suficiente espacio entre los elementos, que se vean ‘blancos’ entre los datos. Ese criterio puede aplicarse también al currículum. Eso sí, en este caso, diseño y contenido deben combinarse para hacer posible ese objetivo, ya que para que puedan verse esos ‘blancos’ deberás ser conciso en la información que aportes.
El riesgo de usar plantillas
Es muy habitual utilizar plantillas para elaborar un currículum. Ello no es malo per se, ya que siempre es interesante tener un referencia cuando no se es un experto en RRHH, pero hay que ser cuidadoso al hacerlo. De no ser así, correrás el riesgo de presentar un CV genérico que sea similar al de la mayoría. Si te decantas por usar una plantilla, introduce un buen puñado de modificaciones. De esa forma será complicado atisbar que te has descargado el documento o que has copiado tu CV de otro. Por descontado, evita dejar datos que estuviesen previamente escritos sólo por el hecho de que te encajen. Si eres perezoso al elaborar el CV, darás una imagen de dejadez.
Asimismo, a pesar de que es un consejo que ya está muy manido, evita sí o sí las faltas de ortografía o las erratas. Cuatro ojos ven más que dos, así que nunca está de más que le des a leer tu currículum a otra persona.
Contenidos del currículum
Como ya se ha señalado, además de la estructura y de la apariencia, la otra gran pata de cualquier currículum es la información que en el se contiene. Aquí van algunos trucos para que el resultado sea brillante.
¿Orden cronológico o por importancia?
En ocasiones surge la duda del orden que se debe seguir al elaborar un CV. Si optas por añadir la información según la importancia que tú le otorgas, corres el riesgo de desorientar al receptor del currículum. Además, es posible que lo más relevante para ti no concuerde con lo que ese profesional puede considerar como prioritario. Así que mejor añadir los datos en orden cronológico. Eso sí, de más reciente a más remoto, es decir, lo último que hayas hecho debe constar en primer lugar, sea en formación o en experiencia laboral. Queda ridículo situar el colegio o las prácticas que hiciste al terminar la carrera al principio del documento.
¿Hasta qué punto importan las aficiones?
El apartado de ‘otros’ -que debe ir siempre al final del CV- es una especie de cajón de sastre. Suele agregarse para dar pistas de cómo eres, pero, al parecer de muchos expertos, si no tienes nada relevante que aportar, mejor no lo incluyas o hazlo de manara muy concisa. ¿Crees que el reclutador necesita conocer cada una de tus inquietudes y de tus sueños? Por supuesto, si has logrado algo destacable en deportes, en algún concurso fotográfico, literario o pictórico, por citar algunos supuestos, adelante.
El SEO, también en el currículum
Aunque casi ningún candidato suele ser tan minucioso, lo ideal sería redactar un CV para cada solicitud. Siendo realista, eso es poco viable, pero sí es posible, al menos, adaptar el documento a las particularidades de cada caso. Si incluyes palabras clave que aparecen en la oferta o describen el puesto de trabajo, demuestras que te has molestado en informarte y que estás realmente interesado en el puesto. Además, el ojo humano actual está cada vez más habituado a las palabras clave y a las negritas.
¿Aspiras a un puesto que implica ser creativo? Demuéstralo en tu CV
Ya hemos señalado que el currículum es una carta de presentación. Esa cuestión se hace más evidente en determinadas profesiones que implican contar con un cierto espíritu creativo o que se relacionan de una u otra manera con la imagen. Un ejemplo facilón en ese sentido son los diseñadores gráficos, que quedarían descartados ipso facto de cualquier proceso de selección si presentasen un CV mal maquetado.
Ojo al imprimir el currículum
Muchos especialistas en RRHH defienden que es mejor enviar el currículum por email, puesto que así resulta más improbable que se traspapele. Aunque bien es verdad que puede acabar en la bandeja del correo no deseado… De todas formas, en muchas ocasiones es necesario entregarlo en mano. Trata siempre de imprimirlo en una impresora de calidad que no deje manchas de tinta ni sombras. Finalmente, si has elaborado tu currículum en color, evita imprimirlo en blanco y negro.