Por qué debe rechazarse el trabajo no remunerado, sea en periodo de prueba, en prácticas o como becario
Hay personas que son afortunadas y trabajan en algo que les apasiona, que es su vida, y lo disfrutan como tal, pero el común de los mortales trabaja para ganar dinero que le permita poder pagar las cuentas, las viviendas, los colegios de sus hijos, etc. Si has tenido la mala suerte de que has estado en paro, seguro que muchas veces has visto anuncios en los que se ofrece trabajo, pero no remunerado desde el principio, sino que aprovechando la necesidad existente de trabajar intentan convencer de entrar en periodo de prueba sin cobrar para ver la adaptación o si la persona puede hacer el trabajo para el que se ha citado. La verdad es que esos casos sólo merecen un calificativo: inmoral. Servirse de la necesidad que tienen otras personas de encontrar un empleo para que realicen una determinada función de manera gratuita con la promesa de tener una continuidad y un salario digno en el medio plazo no se puede describir de otra manera.
Trabajo no es empleo
De entrada, conviene distinguir entre dos conceptos que suelen utilizarse como sinónimos: trabajo y empleo. Pues bien, trabajar no siempre supone contar con un empleo. Así, en la idea de trabajo se incluyen diversos tipos de actividad, siendo el empleo únicamente uno de los mismos. La propia Real Academia Española (RAE) trabajar, en su primera acepción, como «ocuparse en cualquier actividad física o intelectual». Cierto es que en la segunda la institución le achaca el sentido «tener una ocupación remunerada en una empresa, en una institución, etc.», pero también que equipara trabajar con mortificar o dañar en posteriores acepciones.
Estatuto de los trabajadores
En lo que se refiere al empleo, la RAE lo define como «ocupación u oficio», quedando lo laboral como perteneciente o relativo al trabajo en sus aspectos económico, jurídico y social. Más allá del debate lingüístico, que siempre tiene su importancia, está la dimensión política y real, dado que los estatutos de los trabajadores están asociados con algunos de los derechos y obligaciones más importantes. Con lo que estar dentro o fuera del mismo no es una cuestión menor.
El ‘gigante escondido’ de la economía
El trabajo no remunerado, el «gigante escondido» de la economía, tal y como lo denominan algunos expertos, equivalía al 53 por ciento del PIB español en 2012. Es una de las conclusiones de un estudio, impulsado por la Fundación BBVA y liderado por María Ángeles Durán, investigadora del CSIC. Aunque la cifra aportada es relativamente antigua, viene muy al caso en estas líneas, ya que el citado porcentaje iba acompañado de varias previsiones muy ilustrativas, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayor parte del trabajo no remunerado se concentra en el cuidado de niños, enfermos y mayores.
Mayores cuidados por mujeres
El cálculo que se ofrece en el estudio es que la demanda de cuidados en España crezca un 50% hasta el año 2050. Este incremento tendrá especial incidencia en el segmento de personas mayores, que ocupan actualmente el 27,5% de la demanda de cuidados, pero que se prevé lleguen al 46% en 2050. En España, la carga de trabajo recae principalmente en las mujeres, que son las que siguen encargándose mayoritariamente del cuidado de los niños, enfermos o mayores de su familia.
Sin embargo, a pesar de estas cifras y de esta realidad rotunda, y volviendo a las ideas del primer párrafo, lo cierto es que si todavía hay empresas que ofrecen estos trabajos es porque hay gente lo suficientemente desesperada como para apostar por esta modalidad de trabajar sin cobrar en los primeros meses. Lo que ocurre es que cuando se acepta esa situación cualquier persona puede estar faltándose al respeto a sí misma y a otras que podrían optar a este puesto. Cada uno debe darse valor y que quien requiera de sus servicios pague por ellos.
Periodos o días de prueba trampa
Hay que recordar que, en la mayoría de los contratos, existe un periodo de prueba, pero legalmente debe ser remunerado. Por tomar varios ejemplos sencillos: nadie dejaría de pagar cuando va al gimnasio si no nota los resultados físico; si acude a un restaurante tendrá que pagar no sólo si le gusta lo que se haya pedido; o cuando se contrata a un arquitecto el compromiso de pago es desde el primer día y no en función de si al contratante le gusta la casa que le ha construido o no. En todas esas empresas nadie aceptaría empezar a trabajar gratis y es lo lógico. Por ello, hay que dar valor a los conocimientos, a la profesión, esperando que el trabajo sea reconocido pecunariamente desde el primer momento.
Prácticas no remuneradas
Existen casos que son especialmente sangrantes. Empresas radiofónicas, como una que recientemente en Murcia ofrecía un puesto de trabajo en el que sólo se recibía salario si se conseguía publicidad o muchos comerciales que, directamente, trabajan a comisión de lo que logren vender. Además, existen casos en los que los becarios de las empresas hacen sus prácticas de manera gratuita realizando, prácticamente, las mismas funciones que sus compañeros más veteranos y, aunque parezca increíble, el culmen de ser caradura son aquellas personas que piden una asistenta para su domicilio, para limpiarlo, y alegan que el primer día es de prueba, con lo que consiguen tener su casa ordenada de manera gratuita y luego no vuelven a llamar a dicha persona, sino que llaman a otra con el mismo pretexto. Por eso, el consejo es dignificar el trabajo y no hacerlo gratis.
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