El drama de los parados de larga duración

España se ha convertido en un drama de país: corrupción, construcciones faraónicas inutilizadas, jóvenes sin estudios y sin trabajo, etc. Aún así, uno de los problemas más preocupantes es la gran cantidad de parados de larga duración.

El mayor de los problemas es que la cuenta de parados de larga duración no para de sumar adeptos. El asunto es que cuanto más tiempo pasa un trabajador en paro, más desfasado se queda en cuanto a técnicas de trabajo y en muchos casos necesita un fuerte reciclaje para poder incorporarse al trabajo de nuevo. Esto hace que sea más difícil que el desempleado de larga duración vuelva a estar en activo, y tras cinco años de crisis, la amenaza es muy seria.

El dato es alarmante, de los casi seis millones de parados que hay en España, 3,5 millones son desempleados de larga duración: el 58,4%.

Según un estudio elaborado por el Instituto de Estudios Laborales de ESADE, a la hora de contratar a alguien las empresas valoran mucho la experiencia. Pero lo que más valoran las empresas es el haber tenido contacto reciente con el sector, ya que, por ejemplo, alguien que fue comercial antes de la crisis y ha estado sin trabajar durante los últimos años, ha trabajado en un entorno totalmente distinto a alguien que ha trabajado recientemente en ello.

Acorde a los datos de la EPA, en 2012 había más de un millón de parados que no habían trabajado en los anteriores tres años. Y es que la destrucción de empleo fue masiva en el en año 2009, y mucha de esa gente sigue aun en el paro.

Ya no son mujeres y jóvenes

Antes de la crisis los parados de larga duración solían ser por lo general mujeres y jóvenes, pero ahora el perfil a cambiado por completo, ya que el grueso de este colectivo, 2,2 millones de personas, se centra en quienes tienen entre 30 y 55 años.

Es precisamente el cambio de perfil lo que agrava la situación, porque la gente de esa edad tiene mucho menos margen de maniobra, suele tener hijos, hipoteca, coche y muchos gastos fijos asociados con todo ello. Todo lo anterior reduce las posibilidades de ponerse a estudiar o emigrar sin tener ningún ingreso.