Todo lo que implique una reducción de los datos del paro es bueno, podremos entrar posteriormente en otras lecturas, que lo haremos, pero de entrada el hecho de que el mes de noviembre haya registrado un descenso por mínimo que sea debe ser entendido en un contexto al menos de inicio de estabilización en lo que el desempleo se refiere.
Y esto es así porque, a pesar de que el descenso ha sido verdaderamente pequeño (no llega a 2500 personas con respecto a octubre) se da en un mes en el que tradicionalmente, debido a la estacionalidad, se genera un aumento del desempleo; baste decir que en la actual serie histórica sólo hay otro año en el que se da reducción del paro en el mes de noviembre, en el año 1989.
Por tanto este dato hay que tomarlo efectivamente como bueno, como buena noticia. A partir de aquí debemos empezar a hacer otras lecturas no tan positivas.
Por un lado la constatación de que la destrucción de empleo sigue siendo una constante en nuestro país; hay un descenso de más de 66.000 afiliados, aunque es cierto con respecto al mismo mes de noviembre del pasado año apenas hay diferencias.
Por otro lado otra lectura no tan positiva tiene que ver con los modelos de contrato que se realizan, lo que nos daría en cierta medida una perspectiva de hacia dónde está caminando de momento esta estabilización del desempleo; la proporción de contratos indefinidos firmados en el mes de noviembre con respecto al total de contratos realizados es del 7,5%, acumulando otra caída más y bajando con respecto al mismo período de tiempo del año pasado más de seis puntos, mientras que la contratación temporal aumenta prácticamente nueve puntos en el mismo periodo de referencia, con un crecimiento en el que más del 30% de los contratos realizados son temporales o parciales.