Aunque el número de parados ha bajado en el pasado mes, los estudios confirman aspectos más bien negativos en cuanto a altas tasas de paro. Un estudio de IESE compara la situación de los distintos mercados laborales europeos ponderando cuatro componentes: ocupación, que mide la creación de puestos de trabajo, adaptabilidad del mercado a los cambios de su entorno, apertura a los grupos de trabajadores considerados vulnerables y rendimiento, la relación entre las variaciones del salario real y la productividad.
Los siete países que forman la muestra son Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España, Portugal y Polonia, que representan más del 75% de la población y del PIB de los 25 miembros comunitarios.
El estudio establece que en el tercer trimestre del año España contará con 1.474.400 ocupados menos que un año antes y con un incremento de 2.021.500 desocupados (un 77,8% más), situando su tasa de paro en el 19,7%. Tanto en términos absolutos como porcentuales, el país con mayor destrucción de empleo y con mayor expansión del número de parados será España.
Y es que por sexto trimestre consecutivo, España ha tenido el peor resultado respecto a la variación del número de personas sin empleo. A lo largo de los últimos doce meses, 6 de cada 10 nuevos parados de la UE eran residentes de España. Con todo, eso significa una mejora relativa, ya que en los dos trimestres previos nuestro país había sido el responsable de la totalidad del aumento del paro en la UE.
Hablando de previsiones futuras, España encabezará la expansión de la cantidad de desocupados, con un incremento de 2.021.500 personas (un 77,8% más). Así, superará en septiembre los 4,6 millones de parados, algo sin precedentes en su historia. En septiembre, España tendrá tantos parados como Francia e Italia juntas, en momentos en que esos dos países también están en crisis.