Cada semana, si no cada día, una nueva empresa anuncia un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) como consecuencia de la actual crisis. La avalancha de despidos colectivos es otro de los síntomas más evidentes del deterioro del mercado laboral español y de la productividad de nuestras empresas.
Según el infome de recolocación es España de Adecco, una de las medidas principales que deberían amortiguar los efectos de la actual crisis sobre la sociedad sería que los ERE tuvieran que ir acompañados por programas de recolocación. La actual legislación española obliga a las empresas a incluir en estos expedientes un plan social de acompañamiento, pero sólo aconseja que este plan incluya un proceso de recolocación.
De enero a julio de 2008, el Gobierno ha autorizado un 3,84% más de ERE que en el mismo periodo del año pasado, hasta firmar 3.321 regulaciones de empleo. Aunque este aumento no ha ido acompañado de un incremento de trabajadores despedidos en todos los sectores, en algunos, como la construcción, se ha quintuplicado, y en otros como la industria, sus despedidos crecen mes a mes sin atisbos de frenar, arrastrada principalmente por el sector del automóvil y sus empresas auxiliares, a los que parece haberles llegado su turno.
Una de las principales novedades que se aprecia en el III Informe de Recolocación realizado por Creade es que, como consecuencia de la crisis que afecta al mercado laboral español, el tiempo medio de recolocación de los trabajadores con menor cualificación ha aumentado en casi un mes, mientras que, por el contrario, el tiempo medio de recolocación de los candidatos de programas individuales, correspondientes a perfiles altos y directivos, se ha reducido en casi medio mes.
Estos datos demuestran que la actual situación del mercado laboral está afectando más a los perfiles
de menor cualificación, en los que en estos momentos hay mayor número de parados y menor número de ofertas laborales. Por el contrario, en periodos de crisis los puestos directivos tienden a una menor rotación, reduciéndose el número de aquéllos que buscan un nuevo empleo, lo que provoca una menor competencia por esos puestos y una mayor facilidad de recolocación de directivos.