Además de todos los problemas que habitualmente asociamos al hecho de encontrarse en situación de desempleo, el paro presenta una serie de efectos secundarios que a veces parecen laterales, pero que realmente poder acabar marcando la carrera profesional y la vida personal de quienes los sufren. El crecimiento de las enfermedades y trastornos psicológicos asociados a los largos periodos en el paro es un hecho, y, también lo es, que una de las mejores recomendaciones posibles ante esto es mantenerse lo más activo posible durante este periodo.
Cuando se habla de actividad, los profesionales distinguen dos modelos diferenciados; por un lado convertir la búsqueda de empleo en una actividad con carácter propio, prácticamente un trabajo, en el que buscaremos volcar nuestras actitudes, y por otro lado fomentar la actividad en lo personal, en el plano físico y también en las relaciones personales y familiares.
La actividad al buscar empleo
Es un hecho comprobado que la actitud en la búsqueda de empleo es una cuestión básica. Sin embargo también es un hecho comprobado que cuando una persona se encuentra en situación de desempleo de larga duración las posibilidades de agotamiento psicológico y ganas de abandonar la búsqueda de empleo son una realidad, y contra esto hay que luchar.
Los especialistas aconsejan tratar de mantener un ritmo establecido similar al que tendríamos en una ocupación laboral. Esto significa jornadas planificadas de manera constante en las que buscamos por un lado atender a los canales habituales en los que puedan surgir ofertas de empleo, y por otro lado ponemos nuestro potencial creativo en marcha para buscar nuevas ideas y nuevas posibilidades.
Parece más fácil decirlo que hacerlo, y de hecho es así, sin embargo su obligación si no queremos caer en la desesperación que el paro de larga duración puede llegar a transmitir.
La actividad personal
Es complementaria de lo anterior, y sin embargo, tiene entidad propia. Mantenerse sedentario durante estos períodos de tiempo no va a contribuir más que a frenar también nuestra capacidad e impulso en la búsqueda de trabajo. Debemos mantener lo más activos posibles cuestiones como nuestras relaciones personales y sociales, de hecho, debemos ser capaces incluso de convertir las relaciones personales y sociales en nuevos canales de búsqueda de empleo (antiguos compañeros del colegio, conocidos, etc.) y, a decir de los especialistas, incorporar la mayor cantidad de actividad física que podamos realizar de acuerdo a nuestra capacidad física, ya que el ejercicio es uno de los mejores aliados en la lucha contra el stress.