Países como Alemania, Inglaterra, Francia o Sudamérica eran destinos de los españoles para ir a trabajar y forjarse un mejor destino en los años 60 y 70. Con la crisis y las altas de paro, ahora los españoles vuelven a emigrar a encontrar el trabajo deseado.
Ahora bien, no es oro todo lo que reluce porque otros países europeos también están atravesando altas recesiones económicas y han visto recortadas sus medidas laborales. Pongamos el caso de Irlanda en el que la tasa de paro ha subido considerablemente durante 2009.
Sea como sea, parece que otros países ofrecen mejores oportunidades y desde abril de 2008 hasta abril de 2010 se ha incrementado en un 9,2% el número de españoles mayores de edad residentes en el extranjero. En la actualidad, hay un tota de 1.333.693.
El perfil de personas que busca un empleo fuera de nuestras fronteras equivale a hombres, cuyas prioridades laborales son la responsabilidad de su puesto, la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera en la compañía en cuestión. Suelen ser profesionales cualificados con estudios superiores.
Normalmente, se trata de jóvenes con edades entre los 25 y los 35 años y que aún no posee responsabilidades familiares. En el caso de tener cargas familiares, el puesto de trabajo y salario debe ser tan atractivo que permita llevarse a toda la familia para vivir, principalmente, de un solo sueldo, algo impensable hoy en día en España.
Vivir y trabajar en el extranjero ha pasado de ser una experiencia más enriquecedora a la vez que podemos aprender un nuevo idioma a ser algo ya necesario para un gran flujo de la población. ¿O es que hay alguien al que le atraiga trabajar por mucho menos de lo se merece? pues es lo que está sucendiendo ahora en este país, más trabajo por menos sueldo, salarios que no ajustan a la profesionalidad ni a la trayectoria de los actuales trabajadores.