«Una utopía hacia la paz», así reza el escudo del municipio andaluz de Marinaleda. Y es que están viviendo su particular utopía, ya que mientras el desempleo campa a sus anchas por Andalucía, la tasa de paro ronda el 11% en este oasis comunista.
El pueblo sevillano vive bajo el mandato de su polémico alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo desde hace 30 años. La mayoría de los habitantes de Marinaleda trabaja en una cooperativa agrícola 35 horas a la semana a cambio de un sueldo de 1.200 euros. En el pueblo todos perciben el mismo salario, trabajen donde trabajen, da igual si se es jornalero en el campo o administrativo en el ayuntamiento.
La manera de organizarse que tienen en Marinaleda es ciertamente particular, ya que las decisiones clave se toman en una asamblea que constituyen los propios ciudadanos. Otra de las particularidades es que se los habitantes tienen derecho a acceder a una vivienda mediante un régimen especial de alquiler pagando tan solo 15 euros al mes; bien es cierto, que para ello la familia que más tarde habitará la casa tiene que ayudar en la construcción de la misma. También existe la opción de comprar la vivienda por la modestísima cifra de 30.000 euros. Definitivamente, Marinaleda es un pueblo distinto, ya que tampoco tienen cuerpo de policía ni multas.
La «trampa»
De todas formas, no todo son luces en Marinaleda, también hay sombras. Y es que no es un modelo exportable al resto de España dado que Marinaleda solo recauda el 32% de lo que gasta, el resto, hasta llegar a los 4,3 millones de presupuesto del que dispone el municipio vienen en forma de subvención. Son la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla las que cubren el 68% del gasto municipal. Por ejemplo, el ayuntamiento se gasta en personal 1,5 millones de euros, 100.000 más de lo que ingresa en total. Por lo tanto, sin las subvenciones recibidas, Marinaleda ni siquiera podría cubrir el gasto de personal.
En cuanto a los datos de desempleo, el PER enmascara los datos reales de paro, puesto que justificando muy poca actividad laboral se puede cobrar el salario, ya que muchos trabajadores rechazarían empleos de mayor duración al que les da derecho a cobrar.
De todas formas, los habitantes de Marinaleda afirman estar contentos con el sistema.