Ser despedido de tu empresa no es el fin. Casi es una oportunidad de mejorar, de buscar nuevas salidas. Hay cientos de casos de personajes que habiendo sido despedidos de algunos de sus empleos luego fueron trabajadores brillantes, de éxito irrefutable, incluso, muy conocidos, pasando a la historia como es el caso, por ejemplo, de Thomas Edison, nada menos. Trabajó para ferrocarriles como telégrafo, pero fue despedido varias veces, incluso estando en Western Union por la noche fue despedido por experimentar por las noches. Después se convertiría en uno de los inventores más prolíficos de todos los tiempos con más de 1.000 inventos patentados.
Otro ilustre despedido fue Steve Jobs. Sí, aunque no lo creas uno de los fundadores de Apple fue despedido de su propia creación. No se quedó parado. No. Cofundó la empresa NeXT, que después sería adquirida por la empresa de la manzana, y lanzó los estudios de animación Pixar. Cuando una década después volvió a Apple llevó consigo la innovación para crear los iPhone, iPod y iPad. Otro de los genios del siglo XX, Walt Disney, fue despedido por el editor del periódico en el que trabajaba, Kansas City Star, porque no tenía buenas ideas y carecía de imaginación suficiente. Tuvo algunos fracasos más hasta que acertó con la creación de Mickey Mouse y Disneyland, consiguiendo 22 premios de la Academia.
K. Rowling es otra de esas personas que antes de tener éxito fue despedida y, seguramente, con razón. La ahora escritora de éxito trabajaba como secretaria en Amnistía Internacional y se pasaba el día escribiendo historias de un niño llamado Harry Potter. Fue despedida, lo cual le vino muy bien para centrarse en ser escritora. También el exalcalde de New York, Michael Bloomberg, fue despedido un día y hoy es uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Trabajaba para el banco Salomon Brothers cuando éste fue comprado Bloomberg fue despedido con una generosa indemnización. Este dinero lo usó para crear Innovative Market Solutions que más tarde pasaría a llamarse Bloomberg.
También Truman Capote fue despedido y nada menos que de la revista The New Yorker. Resulta que el joven escritor acudió a un recital de Robert Frost, que estaba resfriado, por lo que Capote salió en medio del acto y Frost exigió su despido. Años más tarde, publicaría su primera novela y se convertiría en uno de los escritores más importantes del siglo XX. También Robert Redford fue despedido de numerosos trabajos manuales antes de convertirse en actor. Él mismo afirma: “Tomé esos trabajos para ganar dinero. La lección que aprendí fue que no estaba destinado a hacer ninguna de esas cosas”. Oprah Winfrey fue despedida en Baltimore de la noticias de la noche por involucrarse demasiado en las historias. Sin embargo, le dieron un programa: “La gente está hablando” que se convirtió en todo un éxito y después pasó al Oprah Winfrey Show que lleva 25 temporadas en antena, siendo una de las estrellas televisivas mejor pagadas. Y el último ejemplo es Madonna. Cuando llegó a New York con una mano delante y otra detrás empezó a trabajar en Dunkin Donuts, donde no aguantó ni un día porque ensucio a unos clientes. Pasó por varios establecimientos de comida rápida antes de entrar en la escena punk y convertirse en el mito musical que fue.
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