Contra todo lo que podíamos venir pensando del trabajo en España, las cifras aparecen para darnos el baldazo de agua fría, mostrando que aquí se trabajan más horas que en los países del entorno europeo.
Pero esto no es todo, sino que además se cobra menos; solo en Portugal, Grecia y Polonia los salarios son inferiores a los españoles.
En base al informe realizado por el Banco Mundial, se conoce que los españoles en edad de trabajar dedican el 19% de su tiempo al empleo remunerado, en comparativa con el 16% de lo destinado en países tan productivos como Alemania, Holanda o Dinamarca. Claro, esto no quiere decir que seamos más productivos, porque en realidad no lo somos, y ahí habría que ver el grado de implicación o la intensidad del desempeño, pero lo cierto es que los trabajadores españoles trabajan más cantidad de horas y cobran menos.
Se conoce que el sueldo medio en España se limita a 22.000 euros anuales, frente a los 35.000 del conjunto de la Unión Europea. Ahí se marca la diferencia, dado que, en otros términos, los empleados de la UE-25 ingresan, por término medio, un 59% más que los de España. Y, lamentablemente, los trabajadores de Grecia, Portugal y Polonia son los únicos que reciben una remuneración inferior.
Claramente, como en todo país no desarrollado, la distribución del ingreso es la que falla. Y España no escapa a ello, dado que la renta per cápita alcanzó en 2009 el 103% de la renta media de la UE, y quedó a apenas un punto porcentual de la de Italia y a cinco de la de Francia.
En este sentido, si somos casi ricos como los italianos o franceses, ¿cómo es que cobramos mucho menos? La respuesta se deduce sola, la renta per cápita es una variable orientativa, que básicamente divide la actividad económica (PIB) entre el número de habitantes. Así, aunque una sola persona tenga la renta, en estos términos será ínfima, o viceversa.
Pero siguiendo con el tema del empleo, en el día de hoy leí un artículo que tiró mi moral por el suelo. Dado que nosotros estamos obligados a trabajar mucho más que en otros países, y encima, lo que para nosotros es una obligación, para unos pocos «colegas» funcionarios puede ser un premio. Así lo determinó el ayuntamiento de Castro, donde aprobó un plus para los funcionarios que vayan a trabajar todos los días.
Parece broma, pero es cierto, dado que ir a trabajar tiene premio si uno es funcionario del ayuntamiento de Castro. Además, la gratificación no será la nómina, si no un plus extra para «recompensar el especial rendimiento de las personas que van a diario a trabajar«. «¡Ya no saben cómo robar!», fue una de las frases más repetidas tras el anuncio…
Sin embargo, no os pongamos tan nerviosos porque con esta medida se elevarán derechos y también obligaciones para los trabajadores públicos. Ahora si, esperemos que se lleve un riguroso control de manera que se premie sólo a los que demuestren un especial rendimiento. Sabemos que esto es puro palabrerío, pero qué vamos a hacer, sólo podemos quejarnos. En mi parecer, si se premia al que va, debería pagarse menos a quien no concurra.
Como bien mencionaron desde Izquierda Unida, es un «chanchullo porque estamos en precampaña y hay que llevarse buen con los funcionarios«.
Sobre la productividad de los trabajadores españoles: la productividad española está por encima no sólo de Grecia, Portugal e Italia, sino también de Japón y Nueva Zelanda, según el informe del prestigioso Economic Policy Institute de Washington (sobre la situación de la población laboral de los países de la OCDE) (de http://www.vnavarro.org/?p=5560)
Me obligais a hacer un ejercicio de didactismo, empeñado como estás en confundir las cosas:
LECCIÓN 1. Por qué somos un país de mierda con 5 millones de parados
Qué manía con simplificar las cosas y hacer demagogia barata. Ser de izquierdas no significa eliminar la propiedad privada y repartirlo todo con criterios de igualdad sustentados en nada. Ser de izquierdas, en una sociedad democrática, supone apostar por una contribución económica por parte de los ciudadanos sostenida en criterios de PROGRESIVIDAD, es decir, el que más tiene, más aporta. De esta manera, todos podremos gozar de unos SERVCIOS PÚBLICOS de calidad que, de otra manera, sólo podríais disfrutar las putas élites económicas porque podríais costearos, en el sector privado, un sanidad de calidad, una educación de calidad, una seguridad privada para proteger vuestras urbanizaciones (guetos para ricos) con vuestros chaletitos. Y al resto de ciudadanos que no tienen carrazos, ni chalets, ni cobran en negro, ni defraudan a Hacienda y tienen que soportar un sueldo de mierda de 1000 euros para que el empresario español (siempre dispuesto a enriquecerse pronto con la mínima inversión y riesgo cero) puedan vivir dignamente. ¿Sabes por qué tenemos 5 millones de parados? Porque el empresario español medio es un tipo que no pretende crear empleo, que no conoce el significado de la palabra “emprendedor”, que no busca dar el mejor servicio o fabricar el mejor producto, no. El empresario autóctono en este país es aquel espabilao que invierte cuatro duros, con los mínimos recursos, monta un chiringuito en el sector más dinámico (“caliente”, en argot) del momento (las “puntocom”, el inmobiliario, la hostelería…) del que apenas conocen una mierda para enriquecerse rápidamente y sin aportar ningún valor añadido a nuestro sistema productivo. Por su puesto, ni hablar de reinvertir beneficios en la propia empresa, no. Los beneficios: a la sacaaaaaa…. Y luego van diciendo por ahí, en las tabernas de postín, que “yo me lo he currado, cojones, que se lo curren el resto, que son una panda de vagos, que tengo un Mercedes SLK y una casa en la Moraleja porque le he echado cojones a la vida y no tengo por qué pagarle el médico al pobre paria, inmigrante o parado que viven del cuento”. Pues no: tú tienes un chalet en La Moraleja y un Mercedes SLK a base de robar, estafar, explotar y evadir impuestos: golfo de mierda, borracho, putero. Lo demás son pamplinas.
Ojo, también existen buenos empresarios, eficientes gestores y mejores directivos que conocen su sector de actividad, generan riqueza, aportar valor a nuestra economía y son socialmente responsables. Pero suelen ser los de las grandes empresas. Yo, en contra de la opinión general, creo que el gran problema de este país es que el 90% de las empresas son pymes y autónomos, es decir, personas sin cultura empresarial, sin formación y sin perfil: muchos de ellos intermediarios de intermediarios o comerciales que firman contratos a la luz de los neones de los puticlubs de la Castellana. Así nos va. Igualitos que los empresarios alemanes.