La crisis económica por el Covid-19 ha dado fuerte a muchas empresas y negocios de nuestro país, y por lo que parece, Alcoa no ha salido indemne de ella. El pasado viernes, hizo pública su decisión de aplicar el ERE junto con el despido de más de 500 trabajadores en la fábrica ubicada en Lugo.
Como muchos expertos apuntan, esta es la consecuencia del fracaso que la compañía ha tenido en su intento por vender la fábrica. Para los trabajadores que se quedarán en paro próximamente, Alcoa ha asegurado que se les recompensará con indemnizaciones de 30 días por cada año trabajado, hasta alcanzar un periodo máximo de 12 meses. Además, da su palabra de que iniciará la contratación de planes de recolocación externa.
¿No hay vuelta atrás para la situación de Alcoa?
Tal y como ha declarado la propia empresa, el despido colectivo ha sido una decisión tremendamente complicada, pero tras estudiar todas las opciones posibles, y tras cuatro largos meses en los que se reunieron con los propios representantes de los trabajadores, además de la venta fallida, no les ha quedado otro remedio que recurrir a esta opción.
La que hasta el momento continúa siendo la dueña de las instalaciones, asegura que esta factoría de aluminio primario no resulta nada rentable. Las razones son diversas, ya que existen una serie de factores productivos estructurales que, junto a la ausencia de un marco energético competitivo, y por supuesto la sobrecapacidad mundial respecto a la producción de dicho metal junto con la caída de su precio, han provocado a la empresa una pérdida total de 45 millones de dólares, que vienen a ser alrededor de 38 millones de euros.
Por lo tanto, los altos cargos de la empresa Alcoa han decidido, tras estudiar detenidamente la situación y al sufrir pérdidas de tan severa magnitud, que la planta ubicada en San Cibrao no resulta competitiva. A pesar de ello, cabe destacar que la refinería de alúmina no cesará su funcionamiento.
Ante las acciones tomadas por Alcoa, el comité de empresa teme que la compañía no haya hecho todo lo necesario para solucionar la situación, sino simplemente ha optado por tomar la decisión más conveniente sin pensar en las cientos y cientos de personas que se quedarán sin trabajo en pocos días. Para tratar de buscar una solución, han reclamado a los gobiernos autonómico y central que haya una nacionalización ya.
Por su parte, los sindicatos pondrán de su parte para recurrir a la vía cautelarísima para tratar de que el juez ordene la parálisis del proceso. El sindicato UGT ha declarado ante los medios que no piensa permitir tal atropello a un sector estratégico, así como la CIG ha demandado que los Ejecutivos central y autonómico actúen con la misma rapidez y contundencia con la que lo ha hecho Alcoa.
Y no son los únicos que no se encuentran satisfechos con las acciones de Alcoa. El propio Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha señalado a la multinacional como la única culpable del fracaso en las negociaciones de venta que no salieron adelante.