La mitad de los empleos en España podrían ser automatizados en menos de 40 años.
La cuarta revolución industrial hace tiempo que comenzó. Aunque sus efectos ya pueden percibirse y se han dejado notar en muchos sectores, sobre todo en los procesos de fabricación industrial, quizá no resulten tan explícitos como lo serán a medio o, especialmente, a largo plazo.
De esta manera, el mercado laboral, que siempre está en evolución, necesitará progresivamente menos trabajadores y será cada vez más dependiente de la tecnología, de las máquinas.
¿Una máquina en tu lugar?
Ante esa perspectiva, la pregunta que muchos empleados por cuenta ajena o propia se hacen es si ellos mismos podrían llegar a ser sustituidos por un robot en su puesto de trabajo. Pues, según consta en el estudio A future that works: automation, employment and productivity, elaborado por el McKinsey Global Institute -el área dedicada a la investigación de la consultora McKinsey & Company-, en el caso de España, hasta la mitad de las actividades laborales que se realizan en la actualidad podrían ser automatizadas antes de 2055.
Cierto es que restan 38 años para esa fecha, que parece aún remota, y que a muchos de los trabajadores y profesionales que hoy están en activo podría no afectarles, pero también hay que considerar que será un cambio progresivo, es decir, que, en determinados ámbitos, la sustitución de seres humanos por máquinas se producirá mucho antes.
Además, tampoco hay que desdeñar que se trataría de la mitad del mercado del trabajo nada menos -cerca de 9 millones de puestos de trabajo-, lo que supondrá una modificación tremenda no ya desde el punto de vista laboral, que también, sino que tendrá consecuencias sindicales, sociales e, incluso, antropológicas. Toda una revolución, la llamada cuarta revolución industrial.
Sin alarmismos ante la automatización del trabajo
Sin embargo, aunque tras leer las líneas anteriores, muchas personas imaginen un futuro deshumanizado, biónico y oscuro, no hay que dejarse llevar por el alarmismo, sobre todo, porque no existe motivo para ello.
Si bien los resultados del mencionado trabajo apuntan que en el 60% del conjunto de las actividades laborales los trabajadores podrían ver sustituidas sus tareas fundamentales por robots, hay que tener muy en cuenta que tan sólo el 5% de los puestos de trabajo se automatizaría por completo.
La industria 4.0
Es decir, que, a pesar de que los próximos 40 años serán intensos en la automatización del mercado laboral -lo que se ha dado en denominar también la industria 4.0-, la mayor parte de los trabajos no desaparecerá o no irá a parar a las manos metálicas de un robot, sino que cambiará, sufrirá una readaptación, un reajuste tecnológico acorde con los avances logrados.
Transporte y almacenamiento de mercancías, los más afectados
De forma más concreta, según figura en el citado estudio, los sectores más afectados en España serán el del transporte y el de almacenamiento de mercancías, en los que un 65% de los puestos de trabajo tiene serias posibilidades de pasar a ser automatizado. En total, podrían rondar el medio millón de empleos.
A continuación, aparece un sector fundamental, el de la industria, con un porcentaje similar al del transporte y al del almacenamiento de mercancías, con un 64% del total de los empleos en riesgo de ser ocupados por robots, el equivalente a 1,5 millones de puestos de trabajo.
Alojamiento y alimentación, con un 62% del total y 860.000 puestos de trabajo en peligro de ser automatizados, se sitúa tras ellos.
Después, quedarían la minería y las materias primas, en las que el 58% de los empleos podría ser ocupado por máquinas. A pesar de lo cual, al ser sectores con un relativamente pequeño número de trabajadores, la cuarta revolución industrial sólo afectaría a unas 69.000 personas.
Educación, ciencia, servicios médicos y ocio, menos afectados
En el otro extremo del espectro, en el lado que quedaría más humanizado, se halla, en primer lugar, la educación, sector en el que la automatización podría acabar con el 24% de los trabajadores. En cifras redondas, algo más de un cuarto de millón de maestros.
Por su parte, en cuanto a los servicios médicos y a la asistencia social, así como las profesiones relacionadas con el arte, el entretenimiento y el ocio, el porcentaje de empleos amenazados por la sustitución de hombres por máquinas sería del 39%, según el estudio del McKinsey Global Institute.
Mientras, el 37% de las personas que desarrolla su labor como científicos o en servicios de alta capacidad técnica podría perder su empleo en detrimento de las máquinas.
Reciclaje de los trabajadores
«Las personas desplazadas por la automatización encontrarán otro empleo. Muchos trabajadores tendrán que cambiar y reciclarse, los procesos empresariales se transformarán. No obstante, este tipo de cambios tienen precedentes a lo largo de la historia, como ha ocurrido con la agricultura. Estos cambios no han desembocado en desempleo masivo de larga duración, porque fueron acompañados por la creación de nuevos tipos de trabajo», señalan los expertos del McKinsey Global Institute.
Un mercado laboral colaborativo entre hombres y máquinas
Pero no sólo habrá novedosas ocupaciones profesionales, que surgirán al albur de las futuras necesidades del mercado laboral, sino que robots y hombres convivirán. Ambos coordinarán sus capacidades sin que haya una sustitución de los seres humanos por parte de las máquinas.