En nuestro país estamos soportando unas tasas de paro del 20%, situación preocupante se mire por donde se mire. Culpables o responsables de esta situación hay muchos, desde el trabajador que se dedicó a trabajar de peón en lugar de estudiar para ganar más por menos, al empresario que no se formó en gestión de empresas y llevó a la quiebra el negocio, pasando por la entidad financiera que prestó para construir urbanizaciones fantasma y ahora no tiene liquidez para proyectos empresariales y vitales que generarían empleo y riqueza.
Sin olvidar los diferentes gobiernos de turno, los sindicatos anclados a la época industrial o las organizaciones empresariales que no representan a las empresas pequeñas y medianas, que han permitido seguir teniendo una legislación laboral que en épocas de crisis destruye empleo a una velocidad sin parangón en nuestro entorno.
¿Tiene alguna responsabilidad la banca en el desempleo de nuestro mercado laboral?
Sin duda la tiene. Otra cosa es decir que es la culpable. Lamentablemente las entidades financieras no han demostrado ninguna sensibilidad social durante esta crisis. Hasta hace bien poco, y sólo gracias a la facilidad de obtener información y comunicación sin intermediarios que nos ha dado la Red, no se ha cuestionado abiertamente el papel que los bancos están jugando en esta crisis.
Swaps colocados sin información adecuada, cláusulas de suelo al 3% y techos al 12% (intocables, diría yo), cero tolerancia a la dación en pago, y un largo etcétera de desmanes ocultados a la opinión publica por la mayoría de medios de información tradicionales.
El sistema financiero tiene la mayor culpa de la crisis financiera que nos atenaza. No sólo el español, pero también. Además en España los bancos y cajas se lanzaron a financiera promociones y compras de viviendas con unos criterios de riesgo totalmente absurdos. Si la función de la banca es captar ahorro para destinarlo a inversión y consumo, lo han hecho de forma pésima para la economía.
Invertir en ladrillo gran parte de los recursos del ahorro español, y más allá de éste, ha llevado al sistema financiero de un oasis crediticio al desierto más árido posible. Y mientras no se deja quebrar a los bancos que lo han hecho mal, las empresas y particulares se ven obligados a desapalancarse en el peor momento posible. Y no hay dinero para proyectos empresariales viables, digan lo que digan los voceros bancarios.
Que los bancos tienen alguna responsabilidad en lo que está pasando lo han dicho y lo dicen desde mucha tribunas diferentes, algunas tan notables como la del Oráculo de Omaha o el presidente Obama, se ha dicho desde el Gobierno por Miguel Sebastian o Valeriano Gómez, y de púlpitos controvertidos como el de Ruiz-Mateos o Mario Conde.
Algunos se escudan en que «todos» tenemos la culpa de la crisis para justificar los desmanes de la banca y sus claras repercusiones en la economía real. Lo siento pero discrepo en esta relativización: la banca ha tenido un papel fundamental en la crisis económica y debería exigirse y deberíamos exigirle una actuación decidida para ayudarnos a salir de ella. Y la verdad, no veo ni gestos ni medidas en esta dirección. ¿Y vosotros?