La palabra autónomo despierta sentimientos contradictorios. Por un lado evoca libertad, pero por otro riesgo y precariedad. Trabajar por cuenta propia puede ser muy estresante, pero también muy gratificante. Analizamos las ventajas de ser autónomo, y también sus desventajas.
Los autónomos han proliferado con la crisis en buena parte como fórmula empresarial para ahorrar costes y ahí es donde nos encontramos con la famosa figura del falso autónomo, empleados que se han tenido que transformar en trabajadores por cuenta propia para poder seguir colaborando con la empresa, a veces incluso desarrollando el mismo trabajo.
Pero no todo es negativo en el mundo freelance y del trabajador por cuenta propia. Ser autónomo también tiene sus beneficiosos, empezando por la libertad de ser tu propio jefe, poder involucrarte en varios proyectos al mismo tiempo o el no estar atado a ninguna empresa. Estas son las ventajas de ser autónomo frente a otros odelos laborales.
Ventajas del autónomo frente al trabajador
Un autónomo es una persona que desarrolla una actividad económica por cuenta propia, por lo que salvo en los casos de los autónomos dependientes (por lo menos un 75% de sus ingresos proviene de un cliente), sus ingresos están infinitamente más diversificados que los de un asalariado.
El trabajador por cuenta ajena tiene un sólo pagador y si este decide despedirle, se quedará sin más recursos que el paro. EN el caso del autónomo la situación es diferente, ya que en teoría dispondrá de varias fuentes de ingreso además del paro (sí, los autónomos tienen paro y aquí te contamos cómo es). Eso se supone que debe ser una garantía adicional.
Los autónomos son sus propios jefes -aunque hay quien dice que el jefe es el cliente-, lo que le otorga una mayor flexibilidad a la hora de establecer su horario de trabajo, desplazamientos etc… Es decir, mayor libertad para compaginar trabajo y vida familiar, aunque en este punto la actividad que desarrolle tendrá mucho que decir.
Por último, podrá desgravar determinadas compras siempre que pueda relacionarlas con su actividad, como el teléfono, lo que hará que efectivamente gane a efectos fiscales y contables menos de lo que ingresa, algo que ningún trabajador puede hacer.
Las desventajas
Por cada una de las ventajas hay también un punto negro, una desventaja. Y es que sin un pagador fijo ligado a un contrato o con renovaciones anuales la espada de damocles de perderlo siempre estará ahí. Además, tener que gestionar clientes y trabajar en varios proyectos puede suponer un estrés adicional.
Este estrés suele estar aparejado además a un aumento de la carga de trabajo porque saltar de un proyecto a otro no siempre es fácil ni posible.
¿Y los impuestos? La declaración de la renta como autónomo es más complicada, empezando porque no podrás contar con el borrador del IRPF. Si tienes dudas, aquí lo explican todo.
Ventajas del autónomo frente a la empresa
La otra alternativa laboral para desarrollar una actividad es crear una empresa, una fórmula que es más cara y menos flexible que la de trabajar como empresario individual.
Para empezar, no requiere un tedioso proceso previo de constitución del negocio. Hacerse autónomo es más rápido y barato. El capital mínimo que hay que aportar a una sociedad (no necesariamente en el momento de su constitución) es de 3.000 euros, mientras que para darse de alta como autónomo, es de cero euros.
Además, una empresa exigirá llevar un libro de cuentas y ciertas cuestiones administrativas y contables de las que un autónomo al uso puede prescindir o, cuanto menos, simplificar.
Las desventajas
En este caso las desventajas son los costes. Un autónomo pagará más impuestos que una empresa, tendrá derecho a menos deducciones y tampoco podrá acceder a muchas ayudas que están reservadas para las pymes.
La mayoría de asesores recomiendan la forma societaria para quienes prevean ingrear más de 40.000 euros al año, ya que a partir de ese volumen de negocio los impuestos que se pagan al hacer la renta son muy superiores a los del Impuesto sobre Sociedades.
Una de las grandes desventajas hasta hace poco era como autónomo respondías con todos tus bienes en caso de que la actividad no fuese bien, acumulases deudas y te enfrentases a un concurso de acreedores. La nueva fórmula de Empresarios de responsabilidad limita deja fuera de los bienes que se pueden reclamar la vivienda del empresa, entre otras cosas.
Y lo cierto es que después de todo quienes prueban a trabajar como autónomos se enganchan. Tanto es así que un 81% de los freelance no volverían a convertirse en empleados si pudiesen evitarlo.
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